Aunque me veas armado,
Aunque me veas acorazado,
Como si fuese tu enemigo,
Como si fuese tu castigo,
Soy yo el castigado,
Soy yo el depredado,
Soy yo el mutilado,
De mis cuernos,
De mis dos cuernos,
Para ser usados como empuñaduras,
En dagas decorativas con curvaturas.
Me encuentro al borde de la extinción,
Gracias a la caza furtiva que dan acción,
Alentada por demanda comercial,
Una tan abismal,
Por la queratina de mis cuernos,
Caza que no creo merecernos,
Aunque me quede poco tiempo,
Cada día estoy sufriendo,
En mi soledad territorial,
Por no ser un ser social.
Soy originario de África y Asia,
No me aplican la eutanasia,
Mis únicos depredadores son el ser humano,
Que es un villano,
Y el cocodrilo del Nilo,
¡Ese! Que no me deja tranquilo.
Mi nombre significa: cuerno en la nariz,
Por tener dos cuernos en mi rostro,
Uno en la frente y otro en la nariz,
De metro y medio cada uno,
Y aunque evito usar alguno,
Lo utilizo para atacar rivales,
Que muchas veces son mortales,
Y para proteger a mis crías,
De tal salvajería.
Soy un mamífero placentario,
Un tanto solitario,
Del orden perisodáctilo,
De gestación larga entre 420 y 570 días,
Dando a luz a una sola cría.
Me sustento de árboles y arbustos,
También pasto hierba del suelo con gusto,
Me revuelco en la charca con barro,
Y no me da catarro,
Sino por el contrario,
Me protege del sol
Como un parasol,
Y repele los mosquitos en verano,
Y no es en vano.
Mi oído es agudo y sensible,
Mi olfato es fino e increíble,
Mi vista pobre e incorregible.
Me independizo a los 3 años,
Sin sufrir daños,
Me comunico con resuellos,
Chillidos,
Resoplidos
Y rugidos.
Para marcar mi territorio,
Tengo un gran repertorio,
Dejo marcas de orina
Que no contaminan
Y abundante estiércol
Que puede alcanzar el metro.
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