Sobrevuelo el mismo, bien atento,
Gracias a mi vista extraordinaria,
Diviso a mis presas a grandes distancias,
Cazando desde el aire,
Sobrevolando los cielos como nadie.
Voy volando por el mundo entero,
Excepto en los cielos antárticos aventureros,
Depredando con mi pico fuerte y robusto,
Que acaba en punta y hacia abajo lo incrusto,
Facilitando la tarea,
De separar los pedazos de carne de mis presas,
Como gran depredador que soy por excelencia.
Soy una temible ave de presa,
Con potentes y robustas patas,
En fuertes garras terminadas,
Que me permiten atrapar animales,
Más grandes que yo ¡Gigantes!,
Capturarlos y trasladarlos por los aires,
Nadie mejor que yo lo sabe.
Antiguamente, era símbolo del valor,
Actualmente, el poder también represento yo,
En la mitología griega y romana,
Símbolo de Zeus y Júpiter soy, ¡Todos me aman!,
En Roma, soy un símbolo religioso,
Político, militar, un ser majestuoso,
Sinónimo de poder en la cultura Maya y Azteca,
Soy un ser único para enaltecer. No un ser cualquiera.
Actualmente, soy usado en cetrería,
Especialmente, para cazar antílopes,
¡Qué suerte la mía!
Me alimento de carroña de ser necesario,
Aunque prefiero ratones, conejos y zorros de buen tamaño,
También liebres, serpientes y ciervos,
Marmotas, cabras, jabalíes y rebecos.
Y aunque estoy en peligro de extinción,
Por la pérdida de mi hábitat y ausencia de presas por la caza,
Aún mantengo la esperanza,
De un futuro libre sin caza.
Autor: Diana Torres G. (2018)
@escritora_diana_torresg
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